Entrevista con Diego Garcia de la Peña, Consultor de Auriga Global Investors
Responsable de Consultoría de Coberturas a fondos de Private Equity, infraestructuras, inmobiliarios, family offices y empresas, así como responsable de Inversiones Alternativas en Deuda para corporates en Auriga. En ambas actividades, el objetivo es proveer soluciones para la estructura de capital de las empresas y ayudar a las mismas, así como a los sponsors a desarrollar sus planes de negocio.
Anteriormente, trabajó como Structured Solutions Sales para Sponsors Financieros a nivel Europa y UK así como corporates españoles en Unicredit Bank, London (2007-2011). Previamente, fue Director del departamento de Ventas de coberturas de tipos de interés para la Red y Empresas en Cajamadrid y Corporate Treasury Sales en Banesto.
TTR – El área de Soluciones a Empresas de Auriga ofrece asesoramiento a inversores y corporaciones sobre coberturas de tipos de interés y de divisas, ¿cómo ayudan estas coberturas a mitigar el riesgo de una operación?
D.G. – Asesoramos principalmente a fondos de capital riesgo, fondos de infraestructuras, fondos de energía e inmobiliarios, así como a empresas. Los fondos suelen utilizar financiación, normalmente a tipo variable y, evidentemente, los tipos pueden subir y hacer que el inversor no tenga la rentabilidad esperada en el proyecto.
Nosotros ayudamos a implementar la estrategia óptima de coberturas de tipos de interés para que encaje de la mejor manera posible en su modelo financiero. Podemos realizar estrategias variadas: fijar el tipo de interés por un porcentaje de la deuda, poner un techo de tipos, etc. De esta manera, lo que intentamos es acotar el riesgo lo máximo posible en la parte de la deuda.
Para un fondo de private equity, que generalmente apalanca el 50% o 60% del coste de una operación, es importante que la financiación esté muy controlada, que los costes financieros no se disparen para que no impacte en sus resultados y que pueda distribuir dividendos y optimizar el crecimiento.
En cuanto a las coberturas de tipo de cambio, hay empresas exportadoras, importadoras o con filiales en otros países que corren el riesgo de fluctuaciones de divisa. Desde Auriga, les asesoramos en los productos que deben contratar para intentar minimizar esos riesgos. Estas coberturas las solemos hacer más a nivel de la participada que del fondo, o directamente para empresas no esponsorizadas.
TTR – ¿En qué tipo de transacciones es más importante contar con este tipo de coberturas?
D.G. – Asesoramos normalmente financiaciones a largo plazo, porque las de capital circulante suelen tener importes no fijos y es complicado encontrar una cobertura adecuada. Tiene sentido cubrir financiaciones de tres años en adelante. Cualquier LBO de un private equity es susceptible de cobertura porque necesita estabilizar los flujos para que el modelo se ajuste a las expectativas del inversor. En financiaciones de proyecto, que van de 12 a 30 años, es más necesario todavía. En estos casos, el riesgo de tipo de interés es muy grande y las coberturas se emplean en el 99% de las operaciones. En general, los bancos financiadores están más cómodos con una cobertura, de hecho, la suelen pedir. Nosotros ayudamos al sponsor, según su estrategia, a negociar con los bancos para conseguir el porcentaje de cobertura y el plazo adecuado. Los bancos suelen pedir que se cubra la deuda desde el primer momento, pero en la actualidad, los tipos están muy bajos, de manera que, seguramente, lo que más interese es cerrar la cobertura hoy pero que empiece dentro de un año, cuando los tipos estén más elevados. De esta manera, se optimiza mucho la estructura de financiación y de capital.
TTR – El asesoramiento en cobertura de riesgos es vuestra actividad principal pero ¿ofrecéis otro tipo de asesoramiento especializado?
D.G. – En Auriga contamos con varias áreas: tenemos una división dedicada al asesoramiento de coberturas, y otra especializada en buscar financiación alternativa. En 2011 me incorporé para montar el departamento de coberturas y, en medio de la crisis, nos dimos cuenta de que en muchas ocasiones nuestros clientes también necesitaban financiación, así que empezamos a asesorarles en la búsqueda de la misma. De hecho, en la actualidad, incluso tenemos un fondo de deuda destinado a operaciones pequeñas, de entre 1 millón y 5 millones de euros. Si la operación está por encima de ese importe, buscamos coinversores. No estamos en todas las operaciones que asesoramos porque los fondos grandes prefieren tener el ticket sólo ellos. Si son deals medianos, de entre 5 millones y 10 millones de euros, entonces sí coinvertimos. En general, hay muchísima financiación alternativa, como complemento a la que ofrecen los bancos, no sustitutiva de los mismos. Los niveles de financiación bancaria no van a volver a los niveles de antes de la crisis, por eso necesitan complementarse ambas financiaciones. En cuanto a coberturas, los fondos de deuda también las están pidiendo.
TTR – Con estas coberturas, ¿qué tipo de riesgos se acotan?
D.G. – Con las coberturas, se consigue una estabilidad por el lado de los costes. Se trata de optimizar el coste financiero. Es importante analizar la estrategia porque, si por ejemplo, tienes que cubrir el 70% del plazo de una deuda porque te lo imponen los bancos y cubres desde el año 0, vas a tener mucho coste financiero en los primeros años que es cuando más deuda viva tienes. Pero si haces una cobertura adecuada que empieza dos años después, optimizas el coste financiero y, a partir del segundo año, consigues una estabilidad por si los tipos suben. La cobertura de divisas es similar, siendo el objetivo que las fluctuaciones del tipo de cambio afecten al cliente lo menos posible, a veces por el lado de los costes y otras por el de los ingresos.
TTR – El entorno de tipos bajos hace que los inversores busquen guardarse las espaldas frente a posibles subidas, ¿Cuánto tiempo cree que durará esta tendencia?
D.G. – Ahora es un momento muy bueno para contratar coberturas porque los tipos están históricamente bajos. Aun así, hemos visto recientemente una subida de los tipos de medio y de largo plazo que anticipan subidas futuras de tipos por el BCE. Una parte de la deuda hay que tenerla siempre cubierta pero no conviene que sea el100%, por si hay pre amortizaciones o por si la deuda fluctúa. El porcentaje a cubrir habrá que verlo en cada caso.
TTR – Habéis asesorado en algunas de las transacciones más relevantes del sector de las energías renovables de 2017, ¿Es un sector proclive a esta estructura de riesgos?
D.G. – En el sector de renovables estamos muy activos, somos asesores de Plenium Partners, de Vela Energy, Naturener, Eolia Renovables, entre otros. Después de la entrada en vigor del último Real Decreto de Renovables, ha habido muchas reestructuraciones de deuda y el tema de las coberturas es muy importante, porque muchas están ligadas a la deuda que se va a refinanciar. En general, proceden de entornos con tipos altos, con lo cual hay que valorar bien qué se hace con ellas, si se mantienen vivas, si se reestructuran, quién asume el coste de cancelación de las coberturas, qué impacto puede tener en la nueva financiación… Por ejemplo, ha habido operaciones de 100 millones de euros en las que el coste de cancelación de la cobertura era de unos 28 millones. Hay que valorar si se incluye en un nuevo derivado, si se paga con caja o con deuda, etc. En el sector de renovables e infraestructuras estamos muy activos porque las coberturas tienen un peso muy grande en el modelo financiero y de rentabilidad. Es más complicado asesorar una reestructuración que un proyecto inicial.
TTR – Una de las operaciones en las que Auriga ha asesorado recientemente ha sido la compra de Garnica Plywood por parte de ICG, ¿nos puedes explicar qué estrategia se siguió?
D.G. – Esta fue una operación muy completa. El sponsor se puso en contacto con nosotros y ya tenía la estrategia de coberturas bastante clara: la deuda senior estaba en la participada y la deuda junior en un holding, de manera que las estrategias de cobertura fueron distintas en ambos casos. La deuda senior fue concedida por bancos, que querían un poco más de estabilidad en el producto; mientras que la deuda junior estaba asociada a un fondo de deuda y querían cubrirse solo ante un escenario de crash. No les importaba que fluctuase un poco. El timing fue crucial y conseguimos
unos tipos de interés muy atractivos. Además, les ayudamos a estructurar la cobertura de la financiación subordinada, donde la complicación era que la deuda venía de un fondo y los que daban la cobertura eran bancos. Por otra parte, como querían estabilizar los flujos de ingresos durante un período largo de tiempo, implementamos estrategias de cobertura de divisa para los siguientes cuatro años desde el minuto 1 que entraron en la compañía y las hemos actualizado periódicamente. De esta manera, consiguieron mejorar su modelo y estabilizar un tipo que les podrá servir para realizar mejores acciones comerciales y asegurarse una visibilidad de sus ingresos durante esos cuatro años.
TTR – ¿Qué tendencias destacarías en cuanto a financiación en los últimos años?
D.G. – En los últimos años estamos viendo muchas operaciones en las que tiene mucho sentido agrupar bancos con fondos de deuda. Hay muchas compañías que están en niveles buenos de deuda pero quieren invertir en proyectos que aumentarán su apalancamiento. Los bancos están cómodos hasta cierto nivel, mientras que a los fondos no les importa aceptar más. En definitiva, estamos analizando bastantes operaciones en las que agrupamos bancos y fondos, donde el banco toma deuda + senior, el fondo deuda + junior y las rentabilidades para cada uno son distintas. Somos fieles impulsores de esta tendencia y creemos que ahí está el crecimiento de la financiación, no solo en España, sino en toda Europa.