Fernando Torrente, con casi 30 años de experiencia, es uno de los abogados mercantilistas más reconocidos de España, particularmente en fusiones y adquisiciones y en mercado de capitales. Además Fernando tiene gran experiencia en gobierno corporativo, habiendo formado parte del Grupo de expertos que asesoró a la CNMV en la elaboración del Código de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas aprobado en febrero de 2015. Desde el comienzo de su carrera ha participado en operaciones del mercado español de mayor relevancia, particularmente en Opas y luchas por el control (Endesa, Hidrocantábrico, Telefónica Páginas Amarillas, Banco Pastor etc.), fusiones y adquisiciones , más de 40 procesos de salidas a bolsa, OPV, OPS y colocaciones aceleradas.
Fernando está recomendado tanto en Corporate (M&A) como en mercado de capitales por los principales directorios legales Chambers, IFLR1000 y Legal500.
¿Cómo definiría la actividad de mercado de M&A español durante el año 2017? ¿Considera que ha sido un año de referencia?
Ha sido un año muy completo, por la tipología de operaciones, que ha mantenido su tono a pesar de las incertidumbres se han presentado, lo que acredita su consistencia y carácter extraordinario en cifras globales. Se ha superado en volumen de operaciones del año 2005, que había marcado el record. El mercado español ha sido, además, un mercado de enorme atractivo para la inversión exterior, lo que pone de manifiesto la recuperación de la confianza en nuestro mercado, en nuestra economía y en nuestras empresas y sus gestores que han demostrado una extraordinaria capacidad para adaptarse y superar la devastadora crisis económica que ha sufrido el mundo y España y cuyos efectos todavía, no debemos olvidarlo, siguen sufriendo muchas personas y empresas.
Ha participado usted en la primera OPA competitiva que se ha llevado a cabo en España en muchos años, y lo ha hecho como asesor de Atlantia, compitiendo contra Hochtief por el control de Abertis. ¿Por qué cree que ha sido precisamente Abertis quien ha tenido el privilegio de convertirse en el protagonista de esta “guerra”?
No creo que haya una sola razón, cada oferente tendrá la suya. Lo que es obvio es que cuando una compañía despierta el interés en ser adquirida por varias empresas en un proceso de opas competitivo, es porque resulta atractiva para los oferentes, lo que es mérito del buen hacer de sus gestores, de sus empleados y de los accionistas que han contribuido a lo largo de su existencia a que sea hoy lo que es. No es fruto de la casualidad y debemos tener en cuenta además que el mercado de control de las empresas es tremendamente sofisticado. Aparte del atractivo que una compañía de la categoría de Abertis tiene, es cierto también que existe un gran interés en el sector de infraestructuras, por sus propias características. En todo caso, aunque en los procesos de opas competitivas, se usan términos con connotaciones belicistas porque existe una puja y una competencia, no creo que deba hablarse de guerra sino de algo que es consustancial a los mercados de valores, en los que todos los días se compran y venden de forma abierta, transparente y organizada, las acciones que representan su capital social. Ese libre juego de oferta y demanda, cuando lo que se quiere adquirir es el control, debe hacerse a través de un procedimiento que tutela el interés de los accionistas afectados – la OPA – y si hay más de un interesado en adquirir el control, como ocurre en Abertis, existen varias ofertas que compiten por convencer a sus destinatarios ofreciendo las mejores condiciones, hay concurrencia pero no una guerra.
Salvando las distancias en cuanto a importe, también ha participado usted en otra operación muy relevante dentro del panorama nacional: la OPA de Colonial sobre Axiare Patrimonio. Esta operación supondría la concentración de dos grandes compañías inmobiliarias en un gigante del ladrillo en España, justo en el año en el que numerosas SOCIMI están comenzando a cotizar en el MAB. ¿Considera que la operación puede sentar un precedente para futuras concentraciones de empresas del sector?
No creo que sea la persona para dar esta respuesta pues no soy quien para hacer pronósticos sobre procesos de consolidación sectoriales y no debo manifestar opiniones teniendo en cuenta que se trata de un proceso de oferta en curso, con su periodo de aceptación abierto. Más aún cuando soy un convencido de que es bueno que los proyectos empresariales puedan desarrollarse de forma independiente cuando las capacidades del equipo gestor se han demostrado extraordinarias teniendo en cuenta resultados objetivos, inapelables, que son el fruto de un magnífico trabajo. En cualquier caso es lógico que se produzcan procesos de consolidación como también lo es que surjan nuevos actores y que determinados proyectos empresariales mantengan su rumbo en solitario.
Otro sector en el que siempre se habla de numerosas concentraciones es el bancario/financiero, precisamente ha asesorado usted a Banco Popular en la venta de Targobank a Banque Fédérative du Credit Mutuel. ¿Es usted también de la opinión de que se producirán operaciones importantes en el sector bancario español en los próximos años? ¿considera que es necesaria la concentración de entidades bancarias?
Me vuelve a pasar lo mismo. Los abogados somos partícipes auxiliares en estas operaciones, pero no somos generadores ni protagonistas por lo que no creo que mi opinión sea de valor. Es cierto que el marco regulatorio de las entidades de crédito, centrada en requisitos muy rigurosos de capital, y la situación económica de bajos tipos de interés que condicionan tremendamente la rentabilidad del negocio bancario son factores que impulsan o propician esta corriente de consolidación pero también lo es que bancos solventes, bien gestionados que gozan de la confianza de sus clientes y del mercado podrán defender la estrategia que les parezca más adecuada.
¿Qué cree que deparará, además del cierre de ambas OPAs, el año 2018 para el mercado transaccional español? ¿Considera usted que la tendencia en número y tamaño de operaciones continuará al alza?
Las perspectivas son muy buenas y creo que podemos ser optimistas: el año 2018, salvo imponderables, debe ser un gran año, completo en tipología de operaciones así como en número y volumen. Pero más que las operaciones me parece que lo verdaderamente importante es la creación de riqueza, el crecimiento y fortalecimiento empresarial – y el profesional- que sirva para que haya más y mejor empleo y dar las máximas oportunidades para que la gente tenga trabajo. Y siendo objetivos, creo que España, por la gran calidad de sus empresarios y del colectivo de sus equipos gestores y empleados, ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación, de sacrifico y de lucha, así como una una enorme fortaleza para enfrentarse a la crisis y superarla, internacionalizando aún más su actividad, mejorando en competitividad y en capacidad tecnológica y de innovación. Debemos estar muy orgullosos de ello y seguir apostando y luchando para que nuestro tejido empresarial sea cada vez mejor y mad fuerte, conscientes de la dimensión social de la empresa.